Aeromodelismo de Ayer y de Hoy. Cap III. Por Carlos Pereira Ciezar
AEROMODELISMO DE AYER Y DE HOY
(MEMORIAS DE UN VIEJO AEROMODELISTA)
Carlos Pereira Ciezar
Capítulo III.- La Edad de Oro y la Decadencia. 1.962-1.975-1.993
En 1.962, después de 5 años sin actividad, conocí a Luis Tejero padre y comenzó lo que llamo la “Edad de Oro”, un periodo de 13 años en el que recuperé el tiempo perdido. En mi nueva casa disponía de una habitación para mi hobby y enseguida empecé a construir nuevos aeromodelos.
Para entonces habían cambiado bastante las cosas; ya había varias tiendas de aeromodelismo en Madrid: García, en la Cava Alta; Boa, en San Andrés; Cháuve en Jorge Juan; Azor, en Murillo y, más tarde, Resopal, en Cardenal Cisneros.
En cuanto a materiales, también había abundancia de ellos y ya podía construir cualquier clase de aeromodelo sin problema. Poco a poco, fui comprando varios motores, algunos diesel y otros de glow, de 1 a 5 c.c. con los que poder equipar cualquier tipo de modelo.
Tejero, otro amigo suyo, Manolo, y yo nos reuníamos todos los domingos, unas veces para hacer vuelo circular y otras vuelo libre, según aconsejaran las condiciones climatológicas. Había mucho campo en los alrededores de Madrid y, después de haber probado algunos de ellos, encontramos uno magnífico en la carretera de Alcobendas a Barajas, enfrente de la salida del Encinar de los Reyes. Nos desplazábamos en un diminuto Renault 4-4 de Tejero al que había acoplado un amplio cajón en la baca, donde llevábamos los aparatos.
Mis favoritos eran los veleros, a pesar del peligro de pérdida por culpa de la dichosa mechita y de las inevitables carreras y sofocones para su recuperación.
Al poco tiempo se unió a nosotros un americano de la Base de Torrejón que vivía en el Encinar de los Reyes y fue gracias a él que conseguí mi primer equipo de radio. Este hombre era muy aficionado al aeromodelismo pero disponía de poco tiempo y, además, su mujer no estaba muy conforme con que llenase la casa de serrín de balsa. Llegamos al acuerdo de que yo le montaba el kit de un velero y él me daba un equipo de radio que ya no usaba. La radio en cuestión era una Galloping Ghost de un canal que se accionaba con un botón; con una pulsación giraba a la izquierda y con dos pulsaciones seguidas giraba a la derecha.
Con Luis Tejero padre, cerca del Encinar de los Reyes
En la foto se puede apreciar, en primer término, el transmisor del equipo de radio. Yo estoy tratando de arrancar el motor ayudado por Tejero. El que está detrás de mí es el americano, que fue para nosotros una mina de oro pues nos surtía de materiales y equipos a muy buen precio. Lo malo fue que al cabo de cierto tiempo le trasladaron a otro país. También ocurrió que un día ventoso en el que estaba volando un pequeño motovelero equipado con radio control el aire lo volvió cuando estaba a una buena altura y fue imposible hacerle volver quedándome de una tacada sin avión, sin motor y sin receptor de radio.Tuve que comprar otro equipo, esta vez de fabricación nacional, de marca CPD de cinco canales. Me dio algunos problemas al principio pero, una vez solucionados, pude usarlo sin mayor dificultad.
Motor Cox .010 (0,16 c.c.) Destermalizador Graupner
El motor es el más pequeño de la familia Cox y, posiblemente, el más pequeño del mundo. A pesar de su reducida cilindrada, la sexta parte de 1 c.c., zumbaba como un moscardón y permitía volar a un modelo de 40 cm de envergadura. No pude usarlo mucho porque fue imposible encontrar bujías de repuesto. El pistón mide 6 mm de diámetro y la carrera es de 5 mm y está todavía en buen uso, a falta de una bujía nueva.
Pronto encontré una nueva “financiación” para mi hobby. El departamento de aeromodelismo de Resopal lo llevaba el antiguo jefe de la Escuela Provincial de Madrid con quien llegué al acuerdo de suministrarle planos de aeromodelos a tamaño natural a cambio de materiales. Dibujé para él una buena cantidad de planos, todos ellos ampliados de revistas americanas de las varias que se podían encontrar en los kioscos. Lo primero que adquirí fue un timer destermalizador de Graupner pues, seguía haciendo veleros de la categoría A 2, también llamados nórdicos y aún tenía ganas y energías para remolcarlos a la carrera, tirando del cable y con este nuevo destermalizador, sin problemas de mechas ni gomas, la seguridad de que a los 3 minutos iba a actuar era total.
Con esta nueva fuente de suministros construí toda clase de modelos, incluso aquellos que nunca me había atrevido a hacer, concretamente los de motor de gomas. Disponía del plano original de un modelo alemán llamado Borkenberge, que se había construido en las escuelas de aeromodelismo. Todo él era de listones de pino y contrachapado de abedul y no ofrecía demasiadas complicaciones para alguien que tuviera mediana habilidad. Lo más dificultoso y lo que me creó mayores problemas fue el tallado de la hélice, de 360 mm de diámetro y, sobre todo, su equilibrado.
El Borkenberge Lista de materiales del plano original
Con todo, lo que resultó un problema insoluble fue encontrar las gomas de la calidad necesaria para poder hacerlo volar. Las que conseguí no aguantaban más de 200 vueltas y tuve que resignarme a no volarlo.
De todas maneras, fueron unos años de intensa actividad, siempre en compañía de Tejero y Manolo. Esto duró hasta el verano de 1.975, cuando me trasladé a vivir a Algete. Poco a poco fuimos dejando de ir juntos y, finalmente, perdimos el contacto. Su hijo ya había empezado hacía tiempo a practicar, también, el aeromodelismo, con bastante éxito y mis dos mayores estuvieron asistiendo, durante un tiempo, a la Escuela Provincial de Madrid, entonces en la calle de los Estudios. A pesar de haber abundancia de buenos campos cerca de Algete cada vez volaba menos, exceptuando un corto periodo de tiempo, cuando mis hijos iban a la Escuela. A pesar de ello, seguí construyendo, en espera de mejores tiempos pero en 1.993 lo abandoné definitivamente.
Avioneta Cessna, de vuelo libre Varios modelos una mañana de domingo
Con un velero radiocontrolado
Qué gusto leer estas crónicas. Es un agradable viaje en el tiempo.
Gracias,.
Hablé con mi padre y le comente lo que estabas haciendo y le dió mucha alegria.
Aunque era pequeño me acuerdo mucho de aquella época.
Tambien quiero aprovechar el «deja un comentario» para decir que gracias a Carlos Pereira que me dibujó un plano de un velero diseñado por mi y que fué campeón de España, se pudo divulgar por medio de la Subsecretaría de Aviación Civil a las escuelas de toda España.
MUCHAS GRACIAS CARLOS
(ya sabes… de los dos)
Tengo una copia de ese plano, así que si no tienes ninguna, te la mando. Acabo de hablar con tu madre y dentro de unos días iré a ver a tu padre, cuando tu hermana esté mejor. Un abrazo.
Creo que habés dejado bastante claro que el Aeromodelismo no tiene fronteras: ni de edad ni de distancias.
Muchas gracias por las sabias parrafadas D. Carlos.
Saludos
Amigo Paco, estoy muy disgustado contigo. Si continúas llamándome don Carlos y tratándome de usted haré lo mismo, te hablaré de usted y te llamaré don Francisco, (don Paco no me parece serio). 🙂 🙂 Que no se repita.
Hola soy un antiguo amigo y me gustaría poder volver a hablar con Luis Tejero hijo, podrías ayudarme? Os lo agradecería. Un saludo.