Crónica del 7º concurso de la Liga F5J fórmula Open K4/K6 del 9 de octubre de 2016, Club Alcaudón en el campo de Villamanta. Por Francisco Hernández.
Un nuevo concurso de la Liga Madrileña de K4 y una nueva mañana de vuelos para la historia del aeromodelismo madrileño. Lo que empezó siendo una mañana de otoño, fresquita con un viento no demasiado desagradable al tacto, pero que veremos que jugó más de una mala pasada a los pilotos por no entender que era un fenómeno atmosférico a tener en cuenta hasta después de haber volado la primera manga y haber tenido que ir a recoger el velero a donde Judas perdió el mechero o como otros a la finca del vecino, eso sí sin lamentar daños de ningún tipo, gracias a Dios. Y terminó siendo una mañana veraniega con sol intenso y actividad térmica abundante en las dos últimas mangas.
El que si dejó secuelas fue el duro suelo de la meseta castellana, reseco y compacto provocó dos abandonos relacionados con los impactos de los aterrizajes despegándose algún servo de flaps, principalmente. Ya me gustaría a mi ver a esos chicos tan ‘pro’ de las Eslovaquias aterrizar aquí, irían fundiendo velero por manga acostumbrados a clavar el morro en el punto de aterrizaje en sus mulliditos campos de hierba.
Pero debía haber empezado diciendo que el concurso lo organizaba el Club Alcaudón que había solicitado el campo del Club Ala D3 en Villamanta para realizar el evento, con un Jesús Dávila a los mandos de la competición auxiliado en todo momento por Juan Ramos, a ambos el agradecimiento de los demás pilotos por sus desvelos y por las ricas viandas que hoy tuvimos que compartir con unas peeeeesadísimas avispas, que hasta que no llueva no habrá quien se las quite de encima, eso nos pasa por ir a volar al campo, claro.
En las primeras mangas el protagonista fue el viento, fresquito, constante y laminar, aniquilador de cualquier atisbo de actividad térmica pero que favorecía el ‘surfeo’ de ladera y aquél que consiguió mantenerse aprovechado el efecto ladera que genera un campo de vuelo con caída a terraplén sobre los campos de cultivo del entorno era el que conseguía pasar de los tres minutos y medio de vuelo, que es lo que venía a tardar en llegar los primeros que buscaban el punto de aterrizaje.
Excepción hecha de Pedro Silva Poblador, el único valiente que concursaba con velero y tiempo de motor de K6, que se fajó a fondo durante todo el concurso pero que en un día tan complicado como hoy en cuanto a que las térmicas claras no llegaron hasta las dos últimas mangas, y con un personal al que se le va notando la experiencia en concursos de altímetro que reclaman soluciones a baja altura de corte de motor pudo darnos pocos sustos, pero voló todas las mangas y disfrutó como el que más.
¿Y quien fue el que más disfrutó hoy? Pues convendrán los que allí estuvieron que Sergio Martínez Lara, que se largó un 1.000, terminó en sexto lugar el concurso y nos dio espectáculo en una de las mangas cuando venía ya para aterrizar a la velocidad del sonido, notó una termiquilla en el borde del campo y fue capaz de recular, frenar el velero y pillarla hasta sacar petróleo y brindarnos un aterrizaje en el punto. Ovación y Vuelta al Ruedo.
Pero quienes se llevaron el gato al agua fueron Julio Contreras, que estuvo intratable haciendo 5 de los 6 miles posibles y dejándose –solamente- tres puntos y pico de los 6.000 posibles en el tintero, además de hacer todos los aterrizajes sobre el punto, ni viento frio en contra ni leche migá, fue el único que supo adaptarse siempre a las condiciones reinantes y al único que no le pilló desprevenido el aire frio de las primeras mangas, enhorabuena merecidísima.
En segundo lugar Juan Ramos, desde que volvió de Travna es otro, no sólo vuela más concentrado en las evoluciones de su modelo y en las condiciones del pilotaje, sino que se permite las chulerías de los eslovacos de coger la emisora con una sola mano, tumbarla y ponerla de sobaquillo y ponerse a charlar con los demás como si no estuviera volando, sólo le faltó quitarse la camiseta y las zapatillas de deporte para estar descalzo, pero como es un hombre sensato, el suelo del campo tiene unos cardos del 4’ y no presenta tatuajes en el cuerpo, prefirió ahorrarse esa parte, pero salvo el despiste inicial de no tener en cuenta el aire frío que le costó no puntuar en el primer aterrizaje, un concurso impecable.
El tercero ha sido David Miguel, un chico que nos preocupa a los más veteranos porque se está acostumbrando demasiado pronto a eso de pisar podio, aunque sólo hizo un 1.000 sus vuelos son un dechado de regularidad tanto en los vuelos como en los aterrizajes que hoy pudo disfrutarlos lejos de las encinas come-aviones del campo de Valdemorillo, salvo el despiste inicial común a todos, hasta Marco Antonio cayó en la trampa como refleja el testimonio gráfico.
Me gustaría destacar también el retorno a la competición de Leopoldo con su Supra Home-Made de palitos, que hacía tiempo que no concursaba pero se marcó un 1.000 que menos mal que en esta fórmula no se penaliza severamente al que se pasa de los diez minutos porque no había quien lo bajara. También pudimos disfrutar de la sabiduría y las ganas de pasárselo bien del gran Paco Garay que se había perdido los últimos concursos.
Ha habido también dos hermosos estrenos en concurso de liga de K4 de dos hermosos veleros, el Shadow2 de Alejandro Rodríguez y el Última de Pedro San José, espero que los disfrutéis y que os den muchas alegrías. En el extremo de los home-made los Supras de la misma cuna, el de Javier Hernández Rodero y el de Jesús Dávila que concurso a concurso van demostrando sus cualidades de vuelo en competición.
Todavía queda celebrar el último concurso de la liga K4/K6 en el mes de noviembre, espero que nos podamos ver las caras todos los que hemos pasado por estos concursos a lo largo de todo el año para que podamos celebrar un apoteósico fin de fiesta. Nos vemos entonces.
Estupenda crónica, siempre es un placer leer esta literatura que te traslada al momento con una sensación incluso mejor que la que se sentía estando allí. De verdad que me encanta leerte… piense en dedicarse a ello Sr. Hernández. Yo soy Fan!!!
Paco, mira que cuando leo una crónica tuya pienso que es la mejor e insuperable, pero parece que tu inspiración y amor por este deporte no tiene límites y cada vez es mejor. Así ocurrió como lo cuentas, y así lo disfrutamos, en el marco incomparable del campo del Club Ala D3, en Valdemorillo.
Gracias al Club Ala D3 por su amabilidad de cedernos el campo y felicitaciones a todos los participantes por la suerte que tenemos, y por el esfuerzo que hacemos, que no siempre es recompensado en los resultados (no lo digo por mi).
Nos vemos el domingo 13 de noviembre en el último concurso de esta liga FAM organizado por el Club Akiru.
Paco, se disfruta en el campo con los colegas, la competición, los bocatas… pero sin ninguna duda… más aún con tus relatos y … al abrigo de la meteo, que no siempre es tan agradable. Gracias.
Enhorabuena a los participantes… incrementada a los que accedieron al podio.